El agua caliente se ha convertido en un lujo para algunas familias. Esta agua es necesaria para poder alimentarnos y asearnos, pero cada vez más la economía golpea nuestros bolsillos y el coste del gas nos obliga a dejar de usar, poco a poco, los calentadores de agua. Aunque por suerte, con el paso del tiempo, los calentadores se han vuelto más eficientes, y ahora podemos calentar más agua con un coste mucho menor que el de hace unos años.
Los calentadores de agua instantáneos son mucho más eficientes que los calentadores tradicionales, tanto que consumen un setenta por ciento menos de gas que los calentadores convencionales. La reducción de la utilización de combustible en estos calentadores de agua supone una factura menor a final de mes y también una ayuda al medio ambiente, ya que realizamos menores emisiones a la atmosfera, en proporción con el consumo que tenemos.
Existen varias razones por las cuales un calentador de agua instantáneo es mejor que un calentador tradicional. Estos calentadores ahorran gas ya que no utilizan piloto y se encienden únicamente cuando requerimos de agua caliente, dejando pasar únicamente el agua que necesitemos sin almacenarla. Otro de los puntos fuertes del calentador de agua instantáneo es que, como su nombre lo indica, calienta el agua al instante, por lo que no tendremos que esperar a que el agua se caliente, derrochando litros de agua esperando a que tome una temperatura adecuada. Todo esto se ve reflejado en nuestra factura de gas y agua a final de mes.
Si bien, como sucede con una gran cantidad de modelos nuevos de calentadores, un calentador instantáneo es más caro que los calentadores de agua tradicionales, la inversión se recupera tras el primer año de uso, gracias a lo mencionado anteriormente, y en los años posteriores estaremos ahorrando dinero que entrará en nuestro bolsillo y podremos aprovecharlo como nos plazca.
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