En el verano no podemos dejar de refrescarnos ( dependiendo de en donde vivamos puede llegar a ser vital) pero tenemos alternativas más económicas a esos monstruosos aire acondicionados de tantísimas frigorías que supimos conseguir, al tiempo que pagábamos unas jugosas facturas de electricidad.
Cuando llega el invierno, dependiendo de dónde vivamos, la calefacción puede resultar un dolor de cabeza, pues si en el verano podemos quitarnos hasta la última prenda de vestir, es prácticamente imposible ponernos encima más de una chaqueta. Así que dependemos inevitablemente de las calorías que podamos conseguir. Ahora bien, el tipo de calefacción que utilicemos estará ligado estrechamente a nuestro presupuesto.
calefacción eléctrica |
Las hay a gas natural, de butano, eléctricas, a base de biomasa, gasoil, y demás. Pero la que seguramente elegiremos es la que resuelva mejor la relación: precio / combustible / uso, teniendo en cuenta que, tristemente, dependemos de optimizar los escasos recursos de que disponemos. Así que si la ecuación: precio gasoil calefacción, es la que resulta más adecuada, será la que finalmente defina el modo de conseguir esas necesarias calorías.
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